El nombre de Cueva de los Franceses proviene de haber sido el último reposo de los restos de los combatientes franceses, que cayeron en un enfrentamiento ocurrido en el Páramo de la Lora durante la guerra de la Independencia (1808), entre tropas napoleónicas y un destacamento del Húsares Cántabros al mando del General Porlier. La Cueva, fue dada a conocer en 1904 por D. Luciano Huidobro, sacerdote, catedrático, erudito y residente temporal del pueblo próximo de Puentetoma.
La Cueva de los Franceses presenta un recorrido que mantiene la dirección Este-Oeste, con una profundidad máxima de 21 metros y una cota superficial de (-4 m). Su desarrollo, es totalmente horizontal, con pequeños desniveles, habiéndose localizado en su interior tan sólo tres simas de escasa profundidad.
Para visitar la Cueva de los Franceses, accedemos a través de un túnel artificial horadado en la caliza masiva del páramo de 62 metros de recorrido, interrumpido por tres portillones de cierre en esclusa, que eliminan la perniciosa corriente térmica, que durante varios años fomentó su desecación.
Las obras de mejora que se han llevado a cabo ofrecen al visitante la posibilidad de recorrer casi 500 metros de pasarela por una cueva que sorprende a cada paso. Su ampliación ha permitido la apertura de dos nuevas salas que suman mil metros cuadrados de superficie, desvelando así todos sus encantos.
La visita se acompaña con guía que explica el interior de la gruta. Con textos adaptados para todos los públicos, la información que facilita es de gran interés geológico y científico, esencial para poder entender cómo se han ido formando a lo largo del tiempo las estalactitas, estalagmitas y columnas que iremos encontrando.

